jueves, 2 de octubre de 2008

Análisis del artículo "Llega a La Paz alternativa para el desarrollo"

Queridos lectores:

Es necesario comentar sobre el artículo que apareció hace unos días, el 22 de septiembre, en el diario El Periódico, titulado ¨Llega a La Paz una alternativa para el desarrollo¨.

Nuevamente, debo enfatizar que los argumentos que aquí se han venido manejando tienen que ver con la legalidad y el apego a las normas vigentes para analizar y evaluar la solicitud de los promotores del proyecto, como puntualicé en el blog precedente.

El autor del artículo comienza hablando del paisaje, de lo hermoso de la bahía, de que ésta es patrimonio de todos, etc., y anota que los paceños se quejan de la falta de desarrollo y crecimiento económico, de que no han podido derivar de este patrimonio beneficios que les permitan elevar su calidad de vida.

Menciona también la necesidad de que haya empleos suficientes y de calidad, para captar los profesionistas que se preparan en el estado, argumento con el que creo todos coincidimos.

Afirma, con razón, que son pocos los empresarios locales que han tenido el arrojo y la visión de invertir en su ciudad. Esto es especialmente cierto en la hotelería, ramo en el que los locales han destacado por su falta de iniciativa, ya que han sido mayormente personas de trayectoria no-hotelera y extranjeros quienes han construido los escasos y más recientes cuartos hoteleros en la ciudad.

Por eso, sinceramente felicito a los promotores del proyecto por su arrojo e iniciativa para invertir en hotelería en La Paz, pero no puedo estar de acuerdo en que manejando argumentos a los que por naturaleza todos somos sensibles -particularmente las autoridades- como son la generación de fuentes de empleo, la derrama económica, etc., se pretenda cooptar al ayuntamiento para que otorgue una autorización discrecional en contra de las normas establecidas en los instrumentos legales vigentes.

Creo que, como cualquier proyecto, este se debería ajustar a lo que permiten las normas, como el Reglamento de Imagen Urbana y el Programa de Desarrollo Urbano de Centro de Población. Punto, eso es todo. No creo que sea mucho pedir que se cumpla la ley. ¿O sí?

Por eso, es triste que esta simple y justa exigencia se pretenda descalificar con argumentos que atribuyen esta posición a “envidias” o “inconformidades personales”, o a la franca exhibición de lamentables prejuicios como “..’grupitos seudo ecologistas’, que nunca aportan nada y se oponen a todo”. Que se recurra al barato recurso de la descalificación personal, como cuando dice que a cierta señora le tapará la vista, etc. Y digo que es lamentable porque evidencia la carencia, por no sugerir la incapacidad, de análisis.

Dice que surgen voces –“enemigas del desarrollo económico” y “del desarrollo humano de los hijos y las familias paceñas”, ¡ay!- en contra del proyecto porque, según éstas, no cumple con el Plan de Desarrollo Urbano Municipal (que ni siquiera es el nombre correcto del Programa). Las voces dicen que no cumple, simplemente porque no cumple. No están interpretando nada, es una lectura literal de la norma.

Por ahí anota también que el predio donde se ubicaría el proyecto, hace años tapó la vista a la Bahía, debido a la “barda gigante” que lo encierra. Convendría que se diera una vuelta por allí, para conocer en persona esa barda gigante que no llega a los dos metros de altura. Excepto la vegetación, no hay nada ahí que obstruya la vista. En fin…

Para analizar lo que me parece lo medular del asunto, es necesario regresar al tema mencionado arriba, en el tercer párrafo, eso de que los paceños no han podido sacar provecho de su bahía, su paisaje, su malecón y yo añadiría, su ciudad. En parte tiene razón, porque los capitales paceños tradicionalmente se han mostrado particularmente apáticos para invertir en equipamiento turístico en su propia ciudad. Pero por otro lado se equivoca y explicaré porque.

Las inversiones y nuevos proyectos generadores de empleos, de derrama económica y cuartos hoteleros de calidad ya están llegando a la ciudad, materializadas en muchos proyectos, como Paraíso del Mar, Costa Baja, Pedregal de La Paz, Maravía, Bahía de los Sueños, Ventanas a La Paz, La Paz del Sol, Playa de La Paz, Entre Mares, etc., aprovechando los atractivos de su bahía, su paisaje, su malecón y, fundamentalmente, su principal atractivo, que es no ser una ciudad “turística como Los Cabos”.

Esto lo podemos leer, escrito de diversas maneras en los folletos promocionales de los desarrollos mencionados, que enfatizan el atractivo de la ciudad de La Paz, diciendo que es una ciudad tranquila, relajada, diferente de Los Cabos. Esto es, por ser como es. Este es el atractivo que estas nuevas inversiones están capitalizando, lo que atrae a cada vez más extranjeros, estadounidenses, canadienses, europeos y orientales, a establecer su residencia permanente en esta ciudad. Entonces resulta falso el argumento de que los paceños no le han sacado provecho a su patrimonio, pues es precisamente este patrimonio el que cada vez más está siendo utilizado por todos los proyectos en la zona para su promoción y venta.

Indudablemente, fuera del centro tradicional y del malecón de la ciudad habrá zonas turísticas, nuevos polos de desarrollo, donde el PDUCP permita la construcción de edificios altos. Pero estoy convencido de que el principal atractivo de La Paz, es precisamente su carácter de ciudad tranquila, de baja altura y donde se puede disfrutar la vida junto al mar, por mencionar sólo algunas de sus características.

Las nuevas inversiones, tanto en la ciudad como en sus alrededores, generarán los recursos fiscales para mejorar, la calidad de vida de toda la población del municipio. Pero no lo hagamos a costa de enajenar “la pechuga” (el malecón), ya que si lo hacemos lo perderemos para siempre. Hagámoslo inteligentemente, conservando el carácter y el atractivo que quienes han elegido a La Paz como “su” ciudad le encuentran. Esto nos permitirá alcanzar el crecimiento y desarrollo que deseamos, por supuesto, pero también conservar lo que nos es más propio, nuestra ciudad y nuestro malecón. Precisamente por eso el PDUCP estableció la norma de 12 metros de altura que el proyecto pretende, insistentemente, violentar.

Por otro lado, es necesario repetir que ningún proyecto por sí mismo resolverá los déficits de una ciudad o de un destino. Y ningún proyecto se puede apropiar de ese estandarte como justificación. Son todos los nuevos proyectos y desarrollos los que, en conjunto, responsablemente, a la medida de sus posibilidades y dentro del marco normativo, aportan los empleos, generan la derrama y construyen los cuartos hoteleros que la ciudad como destino turístico requiere.

Ojalá que inversionistas locales conjunten sus esfuerzos para desarrollar la zona centro y malecón, pero dentro de las normas, conservando su carácter -que es su principal atractivo- de manera que permita garantizar su disfrute a quienes hemos elegido vivir aquí y a las generaciones futuras.

En la parte final del artículo que nos ocupa, después de abogar a favor de que se desarrolle ¨todo el frente del malecón de La Paz¨, -¡Vaya pesadilla!, si a lo que se refiere es que se llene de altos edificios-, termina diciendo ¨Por que (sic) el malecón y la Bahía nunca nadie se las quitará¨. Esto es falso. Me permito citar del blog de septiembre 17: ¨La ciudad es nuestra casa mayor, nuestro hogar. Y el malecón es nuestro principal paseo, zona de encuentros y de recreación. El área más característica, el principal hito de nuestra ciudad. Nuestro gran parque lineal, que disfrutamos recorrer y donde juegan nuestros hijos. Si construyeran edificios altos en esta zona, se daría una separación de facto entre el centro y el malecón. Los edificios y sus ocupantes pasarían a apropiarse del paisaje y a dominarlo, quedando la zona centro por detrás y subordinada. Sería, de hecho, una expropiación del paisaje.¨

El artículo concluye con este párrafo: ¨Nuestra empresa editorial le apuesta al desarrollo económico, acompañado del desarrollo sostenible, humano y social, por lo que buscará concientizar a la mayoría de los sectores de la población, sobre la importancia de iniciar el despegue económico de la ciudad¨.

Es una característica intrínseca del verdadero desarrollo ser sostenible e incluir lo humano, lo social y lo económico, entre otras cuestiones, como lo cultural, etc. Si se entienden como cuestiones separadas, no son verdadero desarrollo. Pero quiero suponer que coincidimos en la idea, a pesar de la redacción. Respecto al despegue económico de la ciudad, éste ya está en marcha, no depende de que se autorice o no el proyecto del condo-hotel.

Con respecto al título del artículo, ahora podemos ver lo acertado que es, ya que el proyecto efectivamente representa una alternativa para el desarrollo: la alternativa entre hacer las cosas bien o hacerlas mal. Estamos sin duda ante el parte aguas que definirá el futuro de nuestra ciudad. No nos equivoquemos.

Lo que este blog pretende, es ayudar a concientizar a los lectores de la importancia de cuidar que el desarrollo se dé dentro del marco legal, extirpando viejas prácticas de autorizaciones extralegales y/o discrecionales. Que la población entienda que participar o no en estas cuestiones no es simplemente una posibilidad, sino una responsabilidad y una obligación ciudadana.

Concluyendo, podemos ver entonces que los verdaderos impulsores del desarrollo son quienes valoran adecuadamente sus atractivos y establecen las políticas y normas que les permiten conservarlos a largo plazo, de manera sostenible y elevando consistentemente la calidad de vida de la población.

Solidariamente,

mogotito

P.D. Es muy importante hacer saber a las autoridades del ayuntamiento, particularmente al Cabildo, sus opiniones. En la parte final del blog del 14 de septiembre aparecen los correos electrónicos de los regidores. Pueden hacer copiar/pegar en bloque y enviarles un correo con lo que piensan al respecto.

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